El Gobierno ya tiene previsto anunciar un nuevo salario mínimo para 2023. El anuncio del nuevo salario mínimo debería salir el 1 de mayo, Día del Trabajo, cuando entrará en vigor. La política de valorar el mínimo nacional fue una de las promesas de Lula en campaña.

La propuesta prevé aumentar el salario mínimo en otros 18 rands, pasando de los actuales 1.302,00 rands anunciados por Bolsonaro en diciembre del año pasado, a 1.320,00 rands a partir del 01/05.

El equipo económico, encabezado por el ministro Fernando Haddad, ya plantea la posibilidad de un nuevo aumento una vez que la inflación esté controlada a principios de año. Además, el Banco Central, duramente atacado por Lula y Haddad, ya está demostrando que puede recortar la tasa Selic en el segundo semestre del año, impulsando el consumo económico y la actividad inversora en el país.

Además, otro de los temas tratados fue el rango de exoneración del Impuesto a la Renta. Por ahora, son 1.903,98 rands, menos de un sueldo y medio. La propuesta es elevar el valor mínimo a R$ 2.640,00, equivalente a dos salarios mínimos. El anuncio también debería tener lugar en mayo, pero sólo sería válido para 2024.

Según el ministro de Trabajo, Luiz Marinho, la promesa de Lula de eximir del impuesto sobre la renta a quienes reciban hasta $ 5.000 se cumplirá, pero de forma gradual hasta el final del mandato, ya que el gobierno no tendría las condiciones fiscales para renunciar a ello. ingresos hoy.

El ministro de Trabajo, Luiz Marinho, afirmó en una entrevista en TV Brasil que el salario mínimo hoy sería de R$ 1.396,00 si los gobiernos del PT no hubieran dejado el poder. Según Marinho, la política de valoración mínima continuará en los próximos años y debería acompañar el aumento del PIB de los dos años anteriores.

Lula creó recientemente un grupo de trabajo por 90 días para definir la política permanente de valoración del salario mínimo en los próximos años. La orden que creó el grupo de trabajo fue publicada en el Diario Oficial de la Unión el jueves 19/01.

La intención del gobierno del PT, como en legislaturas anteriores, ya es conocida: valorar el salario mínimo siempre por encima de la inflación, pero sin preocupación ni anclaje fiscal para contener el gasto público. El resultado de esto ya es conocido y podría ser desastroso en el mediano plazo, como ocurrió durante el gobierno de Dilma, cuando la inflación se salió de control y sumó 23.37% de 2014 a 2016.

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