Los funcionarios de la administración dicen que el Departamento de Comercio está discutiendo cambios al límite de gasto, la regla que impide que el gasto público aumente por encima del aumento de la inflación del año anterior.

Personas vinculadas al Ministerio de Economía dicen que el ministro Paulo Guedes sostiene que el techo de gasto es un indicador importante, pero el problema está en fijar el techo y el piso sin bloquear. El límite inferior sería el gasto obligatorio del presupuesto federal.

Los cambios en el techo de gasto propuestos por los técnicos de los Ministerios deben hacerse, por tanto, a través de cambios en el suelo, es decir, en los gastos indexados y vinculados, elevando los gastos obligatorios y dejando poco margen de maniobra en el presupuesto.

El argumento que utilizará el equipo económico es que la regla del techo impide un aumento del gasto incluso cuando los ingresos están aumentando, como ha sido el caso en los últimos meses. Por lo tanto, al desindexar y desacoplar el gasto, sería posible reducir el aumento automático del gasto que empuja el piso al techo.

Actualmente, el IPCA está reajustando el techo de gasto. Respecto a la hipótesis planteada de que el ajuste se basaría en el IPCA más un porcentaje adicional, las fuentes dijeron que no había confirmación al respecto y reiteraron que se están acercando al lado del gasto, el llamado piso.

Otro punto de discusión defendido por los economistas sería el mantenimiento de una regla fiscal que limite el gasto y incluya también el control de la deuda pública. En concreto sobre este punto, la fuente afirma que la evolución de la deuda ya ha sido tenida en cuenta en el PEC aprobado que estableció el nuevo marco fiscal.

La evidencia de que la deuda forma parte de este razonamiento, continúa, sería que durante la pandemia con el presupuesto de guerra, la desvinculación del gasto sanitario permitió gastar lo necesario, y a medida que se fueron desindexando los salarios de los servicios públicos, la deuda prácticamente estable.

Como resultado, concluye el interlocutor, la deuda nacional se situó en torno al 78 del PIB, aunque el FMI predijo que alcanzaría los 1.00%.

Sin embargo, los economistas sostienen que la deuda pública fue menor de lo esperado debido al impacto de la inflación, el aumento de los precios y, en consecuencia, de la base de ingresos sobre la que se recaudan los impuestos. También afirman que se espera que la deuda pública aumente a más de 80% del PIB en 2023, y que un mayor gasto público aumente el riesgo fiscal y ejerza presión sobre las tasas de interés.

Vea también: