A finales de 2022, el entonces presidente de la República, Jair Bolsonaro (PL), elevó el salario mínimo federal de R$ 1.212 a R$ 1.302 mediante una Medida Provisional. El ajuste de 7.41% entró en vigor el 1 de enero de 2023. Sin embargo, el nuevo gobierno de Lula tenía intenciones de aumentar el mínimo a 1.320 R$, como se menciona en la campaña.

Lo que pasa es que el reajuste prometido por Lula durante las elecciones está en riesgo. Además, se espera que el aumento salarial prometido cueste alrededor de R$7,7 mil millones más de lo previsto en el presupuesto de 2023.

Dada la situación económica que atravesó el nuevo gobierno, y luego de los actos de terrorismo contra el STF en Brasilia, el reajuste puede no ocurrir.

Actualmente, el salario mínimo actual es de 1.302 rands. El valor está muy por debajo de los 1.320 R$ prometidos por el presidente electo Lula. De hecho, el Congreso Nacional aprobó el ajuste a finales de diciembre de 2022.

En base a esto, la expectativa es que Luiz Marinho (PT), Ministro de Trabajo, se pronuncie oficialmente sobre el tema esta semana. Y ante esta indefinición, organismos como el INSS están a la espera de que se defina el valor, para que el pago de las prestaciones de la seguridad social se pueda realizar a partir del 25 de enero.

Para hacer cumplir el valor mínimo de R$ 1.320, se debe tomar una Medida Provisional para reajustar el valor a lo prometido.

Según el presidente de la Casa Civil, Rui Costa, la administración de Jair Bolsonaro (PL) frenó la liberación de las pensiones en 2022, lo que tendrá un impacto en los costos de pago de las prestaciones del INSS en 2023.

Costa explica que: “Hay un impacto evidente en términos del salario mínimo, en la retención que se hizo de las pensiones. El embargo no fue una dificultad administrativa, fue una estrategia financiera del gobierno, ya que, si fuera una dificultad administrativa, no habría manera de liberar la cantidad tal como fue liberada después de las elecciones, por lo que está claro que no fue una dificultad en el flujo administrativo, sino más bien como estrategia de contención”.

El piso nacional es el monto base que paga el INSS por concepto de jubilación, pensiones por fallecimiento y prestaciones por enfermedad. Además, la Prestación de Pago Continuo (BPC), una ayuda que se concede a las personas mayores de 65 años o más y a las personas con discapacidad de bajos ingresos, también está sujeta a ajuste en función del salario mínimo.

Las transferencias de estos beneficios comienzan el 25 de enero, y ya deben estar en línea con el salario mínimo vigente.

Cuando hay un aumento en el valor del salario mínimo, también hay un aumento en el valor de la cotización al INSS. Por lo tanto, los pagos realizados a partir de febrero (refiriéndose al período de enero) deberán calcularse con base en el nuevo salario mínimo.

Quienes cotizaron como opcionales o autónomos en el piso también tendrán nuevos valores -ya sea a razón de 11% o 20%, a partir del mes de enero-.

Los beneficiarios del PIS/PASEP también deben recibir una cantidad mayor, de acuerdo con el salario mínimo. El bono PIS, para 2021, inicia los pagos el 15 de febrero para los nacidos en enero.

Los pagos continuarán y los cumpleaños de diciembre recibirán el importe el 17 de julio.

El valor de la cuota del seguro de desempleo también debe ser igual al mínimo nacional. Según el Ministerio de Trabajo y Pensiones, los valores se actualizarán a partir del 11 de enero.

Finalmente, el gobierno afirma que los rangos superiores para el cálculo del seguro de desempleo se actualizarán con la inflación de 2022, teniendo en cuenta el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC).

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